Silvio Berlusconi, el gobernante más impresentable que ha tenido la Unión Europea en lo que va de siglo, ha caído… por fin. Deja detrás una estela interminable de escándalos, chanchullos y majaderías que ya le garantizan un lugar en la Historia de Italia y un puesto a perpetuidad en los anales del ridículo. La gente, que tanto contribuyó a encumbrarle al poder y a sostenerle, salta ahora de alegría en las calles de Roma, Milán, Nápoles o Turín, por poner algún ejemplo, viéndole avanzar derecho a… ¡hacer puñetas!
Pero, coño, razono y me pregunto, Berlusconi no llegó a primer ministro por un golpe de Estado ni se mantuvo en el cargo respaldado por los militares, así que ¿por qué tanta alegría?. Se presentó a unas elecciones y las ganó, volvió a presentarse y fue reelegido, y así unas cuentas veces. Era un primer ministro con todas las bendiciones democráticas - y algunas vaticanas --, no impuso la censura de los medios aunque consiguió el respaldo de una buena parte haciéndose con su propiedad, y gobernó a golpe de payasadas y de tretas de una mayoría parlamentaria que le apoyaba y defendía sus intereses.
Son muchas las críticas y acusaciones que se le pueden hacer pero ninguna en la que no haya que implicar de lleno a muchos millones de sus compatriotas que fueron, que nadie lo dude, culpables al ciento por ciento de haber sido gobernados por semejante esperpento incluso contra la Ley y la Justicia. Italia es un país con experiencia democrática y no se explica cómo un pueblo tan avispado ha podido caer en semejante tentación y perseverar en el empeño de mantener en el poder a un personaje de semejante calaña. Berlusconi ha llevado al país al desastre y, lo que es peor, al ridículo, y ahora, cuando a los mercados ya no les sirve, le despiden igual que si se tratase de un dictador caído en desgracia.
Nunca es tarde y más vale tarde que nunca, pero ahora a ver quien es el guapo que desface los entuertos que deja este personaje que durante años y años hizo de su capa un sayo y de su país un circo con un único clown y muchos burdeles con cliente exclusivo.
COMO UN DICTADOR
18 de noviembre de 2011
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