
Siempre hay gente para todo y a unos pocos les ha tocado el “Gordo” de Navidad, así que estarán contentos, pero pocos españoles, ni demasiados extranjeros, dirán en estas sus horas finales que 2011 ha sido un buen año, digno de recordar. No será porque hace doce meses no nos desgañitásemos deseándonos que nos trajese lo mejor, pero la realidad es que al transcurrir de los días no nos ha proporcionado demasiadas noticias buenas ni motivos para saltar de alegría en su memoria.
Más bien al contrario: casi todo lo que nos deja 2011 son imágenes de trágicas catástrofes, como las secuelas de las de Haití con su destrucción y miseria, o la alarma nuclear de...
