PERFIL

Diego Carcedo, periodista, asturiano de Cangas de Onís. Fue director de Radio Nacional de España. Corresponsal en Nueva York y Portugal. Es Presidente de la Asociación de Periodistas Europeos.

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MIS LIBROS

LOS RETOS DE TRINI

8 de noviembre de 2010

En un país serio la política exterior es una cuestión de Estado más que del propio  Gobierno. Ninguna otra faceta de la Administración Pública requiere tanta continuidad en sus principios. Por eso su ejecución está encomendada a los diplomáticos, funcionarios de alto rango cuyo perfil ideológico no cuenta si tienen bien asumida su condición de servidores del Estado, y descartada su adscripción política. No es una casualidad ni nada trivial que en algunos sistemas institucionales, como el francés, el ministro de Exteriores sea un cargo reservado a la designación del Jefe del Estado. En España no llega a tanto, pero también es casi una tradición de nuestra joven democracia que la política exterior sea la que menos cambia incluso cuando asume el Gobierno un partido de diferente signo.
En el relevo reciente al frente de nuestra política exterior no cabe pensar por lo tanto que el cambio de la cartera ministerial vaya a implicar alteraciones sustanciales en sus líneas básicas. Ahora es una mujer joven, ajena en teoría a la carrera diplomática, quien sustituye a un funcionario veterano de dicha carrera. Hay por lo tanto una componente de relevo generacional en la sustitución de Miguel Angel Moratinos por Trinidad Jiménez y probablemente asistiremos a cambios en las formas y en el staff que asuma las principales responsabilidades del Ministerio. Pero en las líneas generales de la política exterior, insisto, las que establecen la prioridad europea y la relación especial con América Latina, no es de esperar alteración importante.
Trinidad Jiménez va a encontrar, eso sí, algunos problemas complejos sobre la mesa del despacho que su antecesor no ha conseguido dejar resueltos, quizás porque más de uno es de solución difícil suponiendo que la tenga. Destacan tres, uno permanente que es Marruecos; otro coyuntural pero endiablado, que es Venezuela; y un tercero eterno, que de vez en cuando se larva pero siempre para volver a emerger con la misma virulencia y ante la misma impotencia, que es Gibraltar. Detrás del que plantean las relaciones con Marruecos están las reivindicaciones de Ceuta y Melilla y el conflicto del Sahara del que España sigue manteniendo cierta responsabilidad ineludible.
Pero la ministra, sin olvidar ninguno de estos conflictos y algunos otros problemas de segundo nivel como la salida de nuestras tropas de Afganistán o el futuro reconocimiento de la independencia de Kosovo, tendrá como reto más importante devolverle a España la influencia internacional que ejerció estas décadas pasadas y que en la actualidad se ha diluido como consecuencia de los bandazos pasados en la relación con la Administración norteamericana, la crisis que atravesó y sigue atravesando la Unión Europea, el desplazamiento hacia el Este del peso en la balanza internacional y, por supuesto, de los estragos que causó en la imagen de España el hundimiento de nuestra economía y las zozobras que en meses recién pasados sufrió en los mercados..
“Trini”, como popularmente es conocida la nueva ministra de Exteriores, tendrá que hacer un gran esfuerzo y desplegar una elocuente capacidad de imaginación para volver a colocar a España entre las potencias con mayor capacidad para hacerse escuchar y para incidir en las grandes decisiones mundiales. Para ello cuenta con una simpatía bastante generalizada, más allá de rivalidades ancestrales, hacia nuestra cultura; la extensión creciente del castellano, la admiración que causan nuestros deportistas y el atractivo para el turismo que ofrece nuestra geografía. Africa y Asia por diferentes razones deberán ocupar su atención mucho más que hasta ahora ocupó la de sus antecesores. Su predisposición a reaccionar ante las adversidades con una sonrisa tan franca como la suya es una cualidad positiva que “Trini” aporta al intento aunque no lo arreglará todo.
También necesitará, además de maniobrar con simpatía y habilidad, enseñar de vez en cuando los dientes. La diplomacia española es de las que propende a no decir nunca que no y esa tradición, que indudablemente contribuye a diluir conflictos, o al menos a congelarlos, le ha proporcionado como contrapartida una imagen de tibieza cuando no de cobardía que impone escaso respeto y por lo tanto conviene desterrar. Darle motivos a camorristas como Chávez no parece una receta recomendable en la relación con un país tan familiar y próximo, pero claudicar ante diferentes ofensas y actitudes, como la que implica su acogida a terroristas etarras no es una buena manera de contribuir a que los españoles mantengamos nuestra dignidad y autoestima.    
Entre tantos retos, al iniciar su etapa y comenzar a poner en marcha iniciativas, que seguro las tiene, Trinidad Jiménez va a tropezar con un  problema difícil de resolver en las actuales circunstancias. El Ministerio de Exteriores siempre ha estado corto de presupuesto y las restricciones actuales no cabe duda de  que agravarán aún más ese obstáculo. Las relaciones internacionales, como casi todo, son caras si se afrontan con ambición y la nueva ministra tendrá que empezar por hacer recortes en los gastos. Habrá que ver hasta qué punto la nueva red de representaciones diplomáticas que está poniendo en marcha la Unión Europea compensa la ausencia de embajadas españolas en muchos países y, sobre todo, si esta iniciativa supranacional y comunitaria, con la que tendrá que coordinar esfuerzos,  realmente funciona.

NOTA DE PRENSA

TVE iniciará en breve el rodaje de “El ángel de Budapest”
Película basada en el libro “Un español frente al Holocausto, de Diego Carcedo
El próximo martes, 9 de noviembre, dará comienzo en la capital de Hungría el rodaje de “El ángel de Budapest”, una película para televisión ambientada en la II Guerra Mundial con la que TVE quiere apostar de nuevo por la ficción histórica de calidad. El popular actor, Francis Lorenzo, dará vida al diplomático aragonés Ángel Sanz Briz, un héroe que salvó a más de 5.000 judíos de morir en los campos nazis de exterminio en 1944.

Producida por José Manuel Lorenzo y Eduardo Campoy para Boomerang Televisión y la cadena pública TVE, la película va a ser dirigida por Luis Oliveros (Pata negra, El secuestro de Anabel), mientras que el guión, basado en el libro de Diego Carcedo, “Un español frente al Holocausto”, corre a cargo de Ángel Aranda Lamas.
En cuanto al personaje principal, “El ángel de Budapest” contará con la participación de Francis Lorenzo (Águila Roja), quien dará vida al protagonista de la historia, Ángel Sanz Briz. Lorenzo lidera así un importante elenco de actores y actrices españoles e internacionales, cuyos nombres serán dados a conocer por la cadena de forma inminente.
La historia
Ángel Sanz Briz (Zaragoza, 1910 - Roma, 1980) fue el encargado de negocios de la legación española en Budapest entre 1943 y 1944. Lo que hizo en ese espacio de tiempo le valió pasar a la historia como héroe de la Humanidad. Conocido también como “El ángel de Budapest”, Sanz Briz es hoy, cuando se cumple el centenario de su nacimiento, un personaje prácticamente desconocido por el gran público y sólo unos pocos saben de su hazaña. Sin que mediara una orden del gobierno franquista, Sanz Briz utilizó todos los recursos posibles para evitar que miles de personas fueran conducidas a las cámaras de gas de los numerosos campos nazis de exterminio repartidos por el este de Europa. Para ello, el diplomático aragonés emitió miles de cartas de protección que garantizaban inmunidad a sus portadores, burlando en muchos casos a las autoridades alemanas y a sus colaboradores húngaros.
A lo largo de la película, diversos personajes ficticios conviven con otros que fueron protagonistas reales de la historia, como el encargado alemán de la “Solución Final” en Hungría, Adolf Eichmann; el plenipotenciario del Reich en Budapest, Edmund Veesenmayer; el regente de Hungría, Miklos Horthy; el presidente del Partido fascista de la Cruz de Flecha, Ferenc Szálasi; los diplomáticos suecos, Raoul Wallenberg y Carl Daniellson o el nuncio apostólico, Angelo Rotta.

UN AÑO SIN SABINO

27 de octubre de 2010

Estos días se cumple el primer aniversario de la muerte de Sabino Fernández Campo, sin duda alguna el asturiano que más relevancia ha tenido durante la Transición a la democracia. El tiempo no ha borrado su memoria ni ha empañado el recuerdo que nos queda de su sabiduría y ponderación en el seguimiento de la actividad pública. Sus opiniones, a menudo simples frases, se habían convertido en sentencias de una claridad asombrosa y un valor ético muy importante.

Lamentamos con mucha frecuencia la ausencia de intelectuales capaces de influir y señalar caminos en los momentos de confusión que nuestra inquieta sociedad atraviesa. Sabino Fernández Campo  era uno de los pocos que nos quedaban, que siempre acertaba en las críticas y premoniciones, y es lógico que le echemos de menos. Es mucho lo que le debe la consolidación de la democracia, cuya fugacidad tanto ayudó a contener, y el difícil equilibrio en que mal que bien, quizás más bien que mal, consigue mantenerse la estructura del Estado descentralizado con el que se salvó la herencia perversa de la Dictadura.
Mirando atrás con la breve perspectiva de doce meses, la memoria de Sabino se agranda con nuevos destellos de su condición polifacética. A sus amigos nos queda la imagen de su cordialidad, bondad personal y predisposición a la ironía rebosante de talento. Pero en su personalidad y en su aportación a la convivencia de todos hay muchos factores positivos más que ya le han convertido en un personaje histórico; en uno de esos asturianos que como Jovellanos y otros muchos ejemplos orientaron de manera brillante el rumbo de nuestro futuro.
En Madrid se ofician esta semana funerales por el descanso de su alma a los que están asistiendo muchas personas que sin tener relación alguna con él o con su familia quieren testimoniar con su presencia la admiración y el respeto que había conseguido ganarse en la calle, y no sólo entre quienes de alguna manera compartían con él el protagonismo en el primer plano de la actualidad política y social. Su nombre y el recuerdo de su aportación a la reconciliación lejos de las secuelas del resentimiento y a la convivencia entre los españoles todavía no han sido suficientemente valorados.

CIVILIZACIONES INTOLERANTES

24 de octubre de 2010

La tolerancia no es, por desgracia, un valor en alza. En Europa llevamos mucho tiempo clamando por una mayor comprensión hacia los que exhiben algunas diferencias, pero sin éxito. Los años de bonanza económica favorecieron una cierta convivencia entre nativos e inmigrantes de otras culturas, etnias y religiones. Los trabajadores foráneos se habían vuelto necesarios para desarrollar funciones que en nuestros países ya casi nadie quería asumir. Pero la deseada integración de los recién llegados apenas se produjo y con las dificultades económicas, la empresa se vuelve más difícil. La buena voluntad de las autoridades y una parte de las sociedades europeas apenas ha pasado de los mejores propósitos sobre una convivencia fundamentada en el respeto. La realidad sin embargo se vuelve tozuda y reiterativa. La Historia demuestra que esa integración es difícil y, en contra de lo que cabría pensar, no por ensayarse de nuevo ahora con niveles más elevados de educación, se vuelve más factible. Antes al contrario, cobra otras formas y dimensiones como estamos viendo en muchos de los países más avanzados.
Los partidos políticos de extrema derecha que fundamentan su ideología en su animadversión hacia los inmigrantes crecen y se multiplican en casi todo el continente. Por ahora, España es una excepción. Y lo peor no es que surjan partidos minoritarios de ideología xenófoba, lo peor es que sus principios y capacidad de arrastre empiezan a contaminar al resto del arco político. Que en un país tan moderno y democrático como Holanda sea un partido islamófobo el que tenga la llave para la formación del nuevo Gobierno es preocupante. Esto, en diferente medida, ocurre en Francia, Italia, Austria y un largo etcétera con Alemania a la cabeza. Hace unos días, Angela Merkel sorprendió con un discurso en el que apuntaba algunas inquietudes en este terreno. Sus palabras, de una bien estudiada ambigüedad, parece que intentaban calmar a los duros de su partido que cada vez con mayor virulencia van cayendo en la tentación de criticar a los millones de musulmanes que viven en el país como causa de sus problemas. La crisis económica, insisto, no cabe duda que ha estimulado esta animadversión aunque la realidad es que siempre ha existido.
La integración es difícil sobre todo si, como viene ocurriendo con frecuencia, la voluntad de lograrla no es compartida por ambas partes. Los gobiernos de diferentes niveles de las administraciones públicas tienen mucho que aportar y no parece que lo estén haciendo. Pero también las sociedades locales y advenedizas deben poner más de su parte y la realidad es que salvo excepciones tampoco lo están haciendo. En el caso de los musulmanes, que son los que provocan más rechazo, es muy poco el esfuerzo que ponen por adaptarse y mucho lo que arriesgan obstinándose en imponer sus condiciones y peculiaridades. Lejos de aceptar la realidad que les acoge, bien es verdad que con indiferencia en el mejor de los casos y a menudo con desconfianza y hostilidad, suelen refugiarse en sus costumbres y tradiciones con unas exigencias que no animan a la comprensión ni, a menudo, a la tolerancia. Ocurre con el uso del velo, cuando no del burka, de las mujeres que choca incluso con la exigencia social de llevar la cara descubierta por elementales razones de seguridad. Todo por no recordar la hostilidad de algunos de sus líderes religiosos. Ahora mismo, todavía no se puede hablar de conflicto, pero el temor a que las tensiones y resistencias vayan en aumento está ahí y es preocupante. Los españoles deberíamos mirar al exterior y aprovecharnos con realismo y sin demagogia de esa lección triste de intolerancia que nos llega desde la vecindad más próxima.

ABELARDO

21 de octubre de 2010

Hacía varias semanas que Abelardo García estaba mal; en su familia y entorno se temía lo peor aunque nadie quería asumirlo. Y falleció el lunes en el Hospital General de Asturias. Hoy será enterrado en Cangas de Onís, la ciudad donde residía desde hace muchos años y donde ha desarrollado la mayor parte de su actividad empresarial. Había nacido en Amieva, en el seno de una familia de comerciantes modestos en la que se ejercitó desde muy joven en el comercio rural, y siempre había manifestado una fuerte vinculación con su lugar de origen.
Deja viuda -Raquel, ex profesora del Instituto-, tres hijas -Raquel, Julia y Salomé-, hijos políticos y varios nietos. En estas horas de dolor, todos ellos apenados, igual que muchos amigos -que todavía no nos hemos repuesto del impacto de la noticia ni mentalizado de la enorme pérdida que su muerte nos supone-, sufren en estos momentos la irreparable pérdida de su cariño, de su compañía y de la alegría de vivir que su proximidad siempre proporcionaba a cuantos le rodeaban.
Abelardo, como era conocido popularmente, era un hombre sencillo, cordial, irónico, íntegro e inteligente. Muy inteligente aunque él a veces lo intentaba disimular protegido por una imagen de curiosidad intelectual que permanentemente le animaba a preguntar y a interesarse por el análisis ajeno de los hechos y las noticias. Nada le era indiferente, de todo sabía y de todo tenía ideas claras aunque nunca las exhibía de manera frívola o irresponsable. Nada más ajeno a su personalidad que el dogmatismo o la prepotencia. Era conservador en sus ideas básicas pero tenía un excepcional sentido de la igualdad entre las personas, de la justicia y de la necesidad de erradicar las diferencias sociales.
En el mundo de los negocios, en el que desarrolló su actividad profesional, fue sin duda un autodidacta brillante y exitoso. Sus iniciativas, bien secundadas enseguida por su yerno Antonio Puente, dinamizaron el desarrollo de la industria turística tanto en Cangas de Onís como en otros municipios del Oriente. Abelardo era el consejero oportuno, el socio siempre leal y fiable y, sin duda, la persona que pronto generaba amistad, propiciaba confianza y facilitaba el entendimiento. Su prestigio era reconocido en toda la comarca lo mismo que en las comarcas fronterizas de León. Nunca, se escuchaba hoy en Cangas, una mala noticia ni un traspiés en sus actividades empeñó la imagen limpia de hombre serio y ponderado de Abelardo.
Durante un tiempo, en los ya lejanos años de la Transición a la Democracia, Abelardo García fue concejal del Ayuntamiento de Cangas de Onís por el Partido Popular. Su trabajo municipal en aquellos difíciles tiempos fue igualmente impecable. Fue un opositor firme a la gestión de la Alcaldía, entonces en manos de la UCD, pero invariablemente, desde la honestidad, el pragmatismo y la visión de futuro que siempre presidió su actitud. En Cangas, donde bien puede decirse que no tenía más que amigos, mejor dicho, donde todos éramos sus amigos, deja un vacío imposible de llenar. La figura esbelta, su cabello pelirrojo, su permanente sonrisa y su aspecto de sabio -lo era- despistado sintetizaban sin duda el mejor ejemplo de eso que conocemos como la imagen de la mejor calidad humana.
Diego Carcedo

DEMOCRACIA SIN CORNETA

29 de septiembre de 2010

Los partidos políticos necesitan disciplina, pero es evidente que no pueden funcionar a toque de corneta. Los dirigentes propenden a manejarlos desde la autoridad y se olvidan con frecuencia de que no son organizaciones militares sujetas al ordeno y mando. Quienes se afilian a una formación política tienen derecho a opinar y a participar con sus criterios en las decisiones; unas decisiones que no siempre tienen por qué ser las que técnicamente puedan parecer más aconsejables para alcanzar determinados objetivos electorales.
Estos días hemos tenido un buen ejemplo sobre estos avatares en Madrid donde la militancia socialista, quizás la más politizada e inconformista de toda España, proporcionó un revolcón político a su principal líder, el secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero. Lo ocurrido es bien conocido y ahora lo que se impone es extraer las lecciones que la experiencia ha dejado. Zapatero se olvidó quizás de que cada miembro de su partido es algo más que un número y una cuota a fin de mes y lo está pagando. Desde su liderazgo intentó imponer el candidato, en este caso la candidata, a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, y no lo consiguió. La reacción del elegido inicialmente por la Ejecutiva Regional, Tomás Gómez, no aceptó la sugerencia de cederle la oportunidad a la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, y en las primarias, celebradas el domingo, el respaldo que obtuvo, a pesar de competir con el grueso de la Ejecutiva Federal, ha sido un golpe duro para Zapatero y su futuro político.
Duro en sí y muy duro al llegarle en el momento más bajo y polémico de su etapa al frente del partido y el Gobierno. En estos momentos existe la duda sobre su presentación para un tercer mandato, y este revés, que visibiliza la disconformidad de una parte de las bases sobre su gestión, se le puede volver catastrófico. En cambio, Gómez, un político valioso, trabajador y responsable, incrementó su imagen, hasta hace unas semanas apagada, reflejando determinación y plantándole cara a su jefe, algo que le rodea en estos momentos de una aureola que podrá capitalizar en los comicios de mayo.
Tomás Gómez tuvo la habilidad durante la campaña de las primarias de mantener el equilibrio entre la disciplina hacia su partido y a quien lo lidera y al mismo tiempo sabiendo defender ese principio básico de libertad y e independencia que la democracia implica. Ganó bien, sin que se le pueda acusar de ninguna trampa ni marrullería, y su fama de hombre con excelente capacidad de gestión se incrementó con la imagen de firmeza que reveló y que tanto se echa de menos en la vida política.
¿Tenía necesidad Zapatero de arriesgar tanto como arriesgó al imponer a su candidata? Esta es ahora la pregunta que muchos se formulan. Arriesgó mucho de su imagen a cambio de muy poco y perdió mucho más de lo que podría haber ganado de triunfar Trinidad Jiménez. Que Trinidad Jiménez obtendría mejores resultados en mayo de los que obtendrá su adversario nunca se sabrá, pero, ante el prestigio y la admiración que la actitud que Gómez ha despertado, no lo parece.
Gómez ni en su etapa de alcalde Parla ni en los tres años que lleva como líder del Partido en Madrid había sido un dirigente incómodo ni indisciplinado. Pero llegó un momento en que su criterio recto y frontal se rebeló contra unas órdenes que dejaban la decisión en manos de las encuestas y contra el principio de autoridad que Zapatero no calibró bien. Y es que el secretario general de un partido es su líder, no el coronel de un regimiento. Esa es la gran diferencia.

LA GRAN MOVIDA

28 de septiembre de 2010

José Luis dríguez Zapatero se pasó semanas poco menos que jurando que no habría remodelación de Gobierno más allá de la sustitución de Celestino Corbacho como ministro de Trabajo. Parecía disfrutar llevando la contraria a quienes reclamaban desde dentro y desde fuera del PSOE el cambio de algunas caras con vistas a abrir un nuevo margen de confianza entre los ciudadanos que aguardan con impaciencia los síntomas de superación de la crisis económica que tanto se están haciendo esperar. Pero el presidente del Gobierno rechazaba la idea de una remodelación profunda y cuando se le planteaba esa posibilidad, intentaba dar la impresión de que estaba muy satisfecho con su Gabinete y no tenía propósito alguno de modificarlo.
El paso de las horas reveló que no era cierto. ¿Tenía necesidad Rodríguez Zapatero de estar negando con tanto énfasis, unos planes tan normales de remodelación de un Gabinete desgastado en el que abundaban nombres de ministros de escaso fuste y de ministerios de necesidad tan dudosa?
Aparentemente, no, pero los designios de los políticos suelen sorprender y en el caso de Rodríguez Zapatero tal vez incluso más. Es evidente que una remodelación en voz alta no se puede llevar a cabo, pero tampoco es muy de recibo que a los ciudadanos se les trate como si fuesen niños.
En fin, estas consideraciones en torno a la forma de la remodelación del Gobierno no deberían distraer la atención de la profundidad de unos cambios que han sorprendido por su amplitud casi tanto como por las incógnitas que abre su contenido.
Lo más lógico de la remodelación es el ascenso de Alfredo Pérez Rubalcaba, actual ministro del Interior, a la vicepresidencia primera y la portavocía. Rubalcaba era la figura más descollante del Ejecutivo de Rodríguez Zapatero y, sin lugar a duda, su mejor comunicador. Nadie puede discutirle méritos para colocarse en el segundo puesto del Gabinete y, aunque eso no está escrito, tampoco nadie puede negar su consolidación como principal candidato a la sucesión, si, como es probable, Zapatero renuncia a la reelección.
La salida de María Teresa Fernández de la Vega, hasta hace unos días verdadera factótum, cuando menos aparente, ha sido la gran sorpresa de la remodelación junto el no menos sorprendente relevo de Miguel Ángel Moratinos como titular de Asuntos Exteriores. La caída Fernández de la Vega de su pedestal como vicepresidenta primera era una posibilidad barajada por los que conocen los intríngulis de la Moncloa, pero el relevo de Moratinos no estaba entre los pronósticos de los expertos en crisis gubernamentales que tanto pululan por los ámbitos políticos madrileños. Y si sorprendente es su relevo en dicha cartera, más lo es el nombre de su sucesora.
Trinidad Jiménez fue dócil a Zapatero para sacrificar su imagen en las elecciones primarias de Madrid y, a pesar de su fracaso, ahora ha recibido un premio político extraordinario. La cartera de Asuntos Exteriores siempre tiene buena imagen, pero es complicada y en las actuales circunstancias, con conflictos abiertos como los que existen con Marruecos o Venezuela, más. Jiménez tuvo un paso discreto por el Ministerio de Asuntos Exteriores, al frente de la Secretaría de Estado de Iberoamérica, y desempeñó bien las funciones del Ministerio de Sanidad, pero su capacidad para dirigir la actividad diplomática es una incógnita que sólo el tiempo despejará.
La supresión de los ministerios de Vivienda e Igualdad responde a un clamor que no se podía defender ante la obligada austeridad que impone la crisis. Y la incorporación al nuevo Gabinete de Ramón Jáuregui, un peso pesado al que hace mucho se le negaba la hora de asumir mayores responsabilidades, así como la de Valeriano Gómez, quizás el mejor experto en materia de empleo, parecen, de partida, acertadas.
Lo mismo que lo será la recreación del Ministerio de Medio Ambiente y su encomienda a Rosa Aguilar, quien, además de garantías de eficacia, es un gancho excelente, con vistas a las próximas elecciones, para atraer votantes de la languideciente Izquierda Unida.

MIS LIBROS

26 de septiembre de 2010

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Breve biografía

25 de septiembre de 2010

Diego Carcedo, periodista asturiano nacido en Cangas de Onís en 1940.
Tras acabar sus estudios de Historia y de Periodismo, comenzó a trabajar en el diario La Nueva España, de Oviedo.

En 1974 ingresaba en Televisión española, entrando a formar parte de los servicios informativos. En ese año, se le incorpora al equipo del programa Los Reporteros, junto a nombres del prestigio de Miguel de la Quadra Salcedo, Javier Basilio o Jesús González Green. Durante los dos años en que permanece en el programa, tiene ocasión de ser testigo directo de acontecimientos como la Revolución de los Claveles en Portugal.
En 1978 fue nombrado corresponsal de TVE en Lisboa, cargo que ocupa hasta 1984, en que es trasladado a Nueva York. En 1989 fue nombrado director de los Servicios Informativos de TVE y en 1991 director de Radio Nacional de España. Durante ese tiempo, además presentó, junto a Julio César Iglesias Los Desayunos de RNE, que se transmitían simultáneamente por la cadena de radio pública y por TVE. Desde 1996, en que cesa de su cargo, fue miembro del consejo de administración de RTVE.

En 2006 fue elegido como Presidente de la Asociación de Periodistas Europeos.

Entre otros, ha publicado los libros Neruda y el barco de la esperanza, El Schindler de la guerra civil, Sáez de Santamaría, el general que cambió de bando, Fusiles y Claveles, sobre la revolución de los claveles, Los Cabos sueltos sobre el 23-F, Un español frente al Holocausto y en 2009, la novela El niño que no iba a misa.

AGENDA : Diego Carcedo

1 de agosto de 2010

Octubre
Dia 5.- Almuerzo con Alejandro Jara, vicepresidente de la Organización Mundial de Comercio (OMC)
Día 6. Almuerzo con el presidente de la Audiencia Nacional, señor Juanes
Tertulia de actualidad en la RPA
Días 8,9 y 10.- Ordu (Turquía) Presidencia del Congreso Internacional de la 
Asociación de Periodistas Europeos (AEJ)
Día 12.- Desfile de la Fiesta Nacional
Día.- Recepción Real en el Palacio de Oriente
Día 13.- Almuerzo con la vicepresidenta Elena Salgado
Día 13 -Entrevista para Radio Euskadi
Día 13 - Tertulia de actualidad en la RPA
Día 18.- Viaje a Oviedo para reuniones de trabajo
Día 19.- Entrevista con la cadena Ser del Suroeste.
Almuerzo con la secretaria general de Instituciones Penitenciarias,
Mercedes Gallizo
19,30 Alcorcón (Madrid) Conferencia sobre el 23 F
Día 20.- Almuerzo con la directora general de la Agencia de Evaluación de la 
Administración
 Tertulia de actualidad en la RPA
Día 21 .- Conferencia en Congreso de Marbella: “Los medios de Comunicación          
En situaciones de catástrofe
Día 22.- Asistencia a la entrega de los premios Príncipe de Asturias
Día 25.- Almuerzo con el alcalde de México
Día 27.- Almuerzo con el presidente de Vocento, Diego Alcázar
Tertulia de actualidad en la RPA
 Funeral por Sabino Fernández Campo
Día 28.- Alicante. Conferencia sobre la democracia de participación en Europa
 Noviembre
Día 3.- Tertulia de actualidad en la RPA
Día 4.- Ciudad Real. Conferencia sobre la Transición en el ciclo de Historia de
España de CCLM
Día 10.- Tertulia de actualidad de RPA
Día 11.- Discurso inaugural de la Jornada de Periodismo de Coca Cola
“Reunión del Jurado Hispano Portugués
Día 16.- Oviedo. Moderación de la Mesa Redonda sobre cien años del Sindicato
Minero en la Prensa.
Día 17 .- Tertulia de actualidad en la RPA
Discurso en el acto de entre del premio de Periodismo Francisco
Cerecedo presidido por los Príncipes.
Día 18.- Viaje a Ceuta y conferencia sobre Periodismo y crisis
Día 24.- Tertulia de actualidad en la RPA
Día 2.9- Viaje a Buenos Aires
 Diciembre
Días 1,2y 3.- Foro Iberoamericano de Comunicación en Buenos Aires.